Un generalizado
repudio y una masiva complicidad logró con un solo mensaje en las redes
sociales el concejal del PRO, Agustín Romano Norri. El periodista del diario
“El
mensaje sexista, misógino y ordinario contra Eva Duarte que el concejal Agustín
Romano Norri le envió por WhatsApp al militante peronista Francisco Mejías, el
día del 60 aniversario del fallecimiento de la dirigente justicialista, está muy
lejos de ser una estupidez aislada de un solo dirigente, como algunos quisieron
justificarlo.
Excepto la concejal Sandra Manzone, nadie de ese espacio
político salió pronto a repudiar públicamente las expresiones ofensivas y
denigrantes de Romano Norri, quien ya había sido denunciado por acoso sexual en
febrero.
Y el silencio de los máximos dirigentes de Cambiemos
significa una sola cosa: que apoyan y coinciden con Romano Norri, ya sea por
aprobar sus dichos o por complicidad corporativa, otra de las enquistadas
formas de corrupción que prometían “cambiar”.
Estas expresiones no son una afrenta que acaba en Eva
Perón o en las mujeres en general. “Cortala con Eva Perón, hermano. No te
vende, boludo. Es una puta, una ramera. Usted es peronista del peronismo, no de
Evita. Lo respeto por eso, pero Evita no vende nada. No me mande fotos de Evita
porque Evita es un cáncer. Viva el cáncer”.
Claro que insulta la memoria de Eva Perón y arremete
contra todas las mujeres, pero también les falta el respeto a miles y miles de
personas que padecen esta terrible enfermedad y a tantos otros padres, hijos y
hermanos que han perdido familiares y amigos por el cáncer. Un político así no debería representar a nadie
y menos integrar un cuerpo legislativo que se hace llamar Honorable.
Sin minimizar la gravedad de estas expresiones, el dato
político -también deleznable- que se desprende de este audio, que es más
extenso que lo aquí reproducimos, es que repite varias veces “Evita no vende”.
Toda una revelación política que describe de pies a cabeza
la matriz ideológica de Romano Norri: apoya lo que “vende”. Y si Evita
vendiera, según su propio diagnóstico, mentiría públicamente que la admira.
Como le siguió mintiendo a la sociedad luego de conocido
el audio, cuando no tuvo la valentía de admitir que era suyo. Mentira que
también se hace extensiva a toda la cúpula del radicalismo y de Cambiemos, que
sabían que el audio era de Romano Norri, pero eligieron callar y mentirle a la
gente.
Es una vergüenza, un desastre, que estimamos le debe
producir una profunda decepción al votante de Cambiemos, que con tristeza viene
confirmando que le decían “cambio” sólo porque “vende”, pero que en el fondo no
van a cambiar nada.