Del muro de Hugo Asch
En una semana, Milei rompió su propio record de
torpezas, errores infantiles, fallidos, papelones, ataques de furia, de llanto,
derrotas políticas y licuación de su capital político en la desesperada
búsqueda de mantener el dólar planchado --aún usando el dinero de los ahorristas
de los bancos y del sistema de sustentabilidad del Anses--, y así sostener una
tensa sensación de estabilidad.
Es lo único que le queda, hasta hoy.
Javier Gerardo Milei, que trabajaba solo en una
oficina de la Corporación América de
grupo Eurnekián haciendo cálculos de riego en inversiones, se hizo conocido
haciendo el payaso en televisión con su peinado demodée, sus malos modales y su
facilidad para pelearse a los gritos e insultos con cualquiera. Sobre todo
mujeres.
Por alguna razón, alguna gente desesperada y
desilusionada con todas las ofertas políticas anteriores lo tomó en serio y lo
votó. Si Macri parecía un salto al vacío en 2015, lo de 2023 fue un fenómeno
comparable a la Guyana de Jim Jones.
Llegó al poder, como nunca antes en la historia,
un grupo improvisado de perversos, frikis, vivillos, ladrones de guante blanco,
gente con problemas mentales, mitómanos, irresponsables, inútiles y oportunistas.
Una tragedia.
Milei actuó con la vieja ‘Ley del petiso’ e
insólitamente le salió bien frente a una oposición destrozada que lo dejó
hacer.
Sin estructura política, experiencia propia o
de los suyos, sobreactuó fiereza, valentía en una guerra inventada con ‘la
casta’ a quién sobornó sin pudores, y obtuvo el apoyo de grupos y gobiernos de
ultraderecha internacionales, divertidos con tener un obsecuente vocacional que
les abra las puertas de su país para invadirlo con producción propia.
Trump combina una caricia con un cachetazo. Lo
maneja como quiere y eso lo aburre. Su táctica de toda la vida ha sido apretar
primero para luego ceder un poco y así obtener lo máximo para sí. Milei es otra
cosa. Actúa como tantos jefes o gerentes de empresas: son feroces con sus
subordinados y genuflexos hasta lo ridículo con los poderosos.
Esa gente no sabe cómo negociar con un par.
Ordena hacia abajo lo que le piden, y obedece hacia arriba. Nadie respeta
políticamente a alguien así. Tampoco Trump. A esa gente se la usa, y se la
tira. Zelenzky lo sufrió en un show televisado a todo el mundo.
En solo una semana, Milei pisó a fondo en una
larga recta de papelones y fracasos rotundos. El principal fue el rechazo de
los dos jueces para la Corte Suprema nombrados por decreto. Eso produjo un
tremendo shock en un gobierno que se había acostumbrado mal.
La impericia, la desesperación y el instinto de
conservación de ciertos gobernadores y legisladores hicieron que le votaran
casi todo en este año y medio de gobierno.
La excepción fue el descomunal aumento de
presupuesto para la nueva SIDE, que fue rechazado. Lógico. La auto preservación
y supervivencia funcionan, y cómo, sobre todo cuando se aplica la Ley de la
Selva.
Nadie quiso agigantar con su voto a un organismo
cuya función sería espiarlos a todos: políticos y funcionarios, propios y
ajenos, y alimentar las carpetas con información personal que ya maneja
Santiago Caputo como para ponerlos a tiro de una simpática extorsión. Ha
sucedido.
A ver, repasemos la semana negra de Milei:
* LO PLANTÓ TRUMP.
Gastó una fortuna, se vistió de gala y voló
junto a su hermana y Caputo hasta Mar-a.Lago, Florida con la excusa de recibir
el premio trucho ‘León de la Libertad’ –nadie lo ganó antes que él y nadie lo
ganará después: es un invento berreta en el que trabajó Natalia Denegri, la
chica del Caso Coppola que se ‘regeneró’ en Miami y ahora trabaja en la tele y
para grupos de ultraderecha– y con el único objetivo de cruzar a Trump en algún
pasillo, rogarle un salvavidas más grande del FMI y sacarse una fotito
salvadora que calmara la tensión interna de los mercados que hacen cola para
sacar sus dólares y huir del fallecido ‘crawling peg’ caputiano.
Natalia Denegri le había prometido la fotito a
Karina, y el hijo de Trump también se la prometió al canciller Gerardo
Werthein. Con una clase de contactos que también hubiese conseguido ‘Cholula
loca por los astros’, sucedió lo lógico: Trump no les dio pelota. La foto nunca
existió.
Viajaron el ministro de Economía, la Secretaria
General de Presidencia y el Presidente de la Nación para recibir un premio
trucho que no alcanza a superar el prestigio de ‘La Gaviota del Mar a la mejor
comedia del verano’, dicho esto con todo respeto. Un papelón.
* LE VOLTEARON A SUS DOS JUECES CON UNA
TREMENDA PALIZA EN EL SENADO
La derrota en el Senado fue catastrófica. El
pliego de Lijo fue rechazado por 43 votos en contra y 27 a favor y la
abstención del riojano oficialista Juan Carlos Pagotto.
El de García-Mansilla, tuvo aún más rechazo: fue
vetado por 51 senadores, y apoyado sólo por 20. Ambos necesitaban el respaldo
de los dos tercios de los presentes para convertirse en jueces de la Corte.
Un desastre político que deja en un estado
crisis a Milei y también a los miembros de la Corte, que le tomaron juramento a
García-Mansilla como en una arenga de futbolistas en el túnel, sin un papel,
sin una firma, solo para que cumpliera con el deseo de Milei y estuviese
sentadito con ellos en la apertura de sesiones ordinarias el 1 de marzo.
¿Por qué les sucedió este desastre? Porque las
cosas cambiaron. La percepción es que el gobierno está más débil que nunca. Y
le mordieron la yugular.
Era hora.
* ELON MUSK DEJA SU CARGO.
Su otro amigo ‘del alma’ Elon Musk, ahogado por
los serios problemas de su empresa Tesla y desgastado políticamente en tiempo
record se va de la administración Trump. Nadie lo imagina, en medio de
semejante crisis, invirtiendo nada en Argentina. Ni siquiera pagándole un café
con donuts al simpático friki de la motosierra.
* SE ABRE AL MUNDO SIN RESTRICCIONES, CUANDO
LOS PAÌSES DEL MUNDO SE PROTEGEN DEL 'TSUMANI TRUMP' Y EL FIN DE LA GLOBACIÓN.
Después de tanta entrega, física y de la otra,
Milei descontaba el apoyo de su idolatrado Trump para que el FMI les afloje el
préstamo.
No será tan fácil.
El 2 de abril, Trump, decidido a enfrentar a la
amenazante China a cómo de lugar, y armó un caos económico monumental en todo
el mundo con su aumento de aranceles. China, Brasil, y muchos países serios
respondieron en defensa de sus territorios y economías productivas y también
aplicaron un aumento de aranceles a los productos que les intente vender
Estados Unidos.
Estamos frente a un drástico cambio de época.
La Globalización, tal cual la conocíamos, está herida de muerte. Habrá
recesión, inflación y disminución del consumo en todo el mundo. Y menor
producción: por eso también baja el precio del petróleo y las commodities. Una
situación gravísima.
¿Que hizo el ‘Deficiente a Cargo de la
Argentina’? Lo contrario que los demás países.
Afirmó, con su torpe balbuceo mientras recibía
el premio trucho, que Argentina “va a readecuar las normativas para cumplir con
los requerimientos de aranceles recíprocos que pidió el presidente Trump”.
Pégame y llámame Martha, Donald
* EL RIESGO PAÍS POR LAS NUBES.
El riesgo país (Country Risk) es un indicador
elaborado por el JP Morgan y mide (con el índice EMBI), la diferencia que pagan
los bonos del Tesoro de Estados Unidos sobre el resto de los países.
El índice indica la sobretasa que debe pagar un
bono extranjero frente al rendimiento de los títulos a 10 años que emite el
Tesoro de los EE. UU (hoy en 3,99%).
Si el riesgo país es alto, influye en forma muy
negativa en las inversiones a largo plazo y complica las necesidades
financieras de un país. Nadie les da un peso. El riesgo país de Italia, por
ejemplo, es de 119. El de Portugal 59, Uruguay tiene 96, Brasil 219, Reino
Unido 191, Perú 159, España 70 y Dinamarca tiene -28.
El 8 de enero, cuando el riesgo argentino
estaba en 560 puntos, Caputo se relamía pensando en que, si continuaba la
tendencia a la baja, llegaría la hora de lanzarse como una fiera a tomar deuda
al mercado internacional, su especialidad. No pudo ser.
En esta primera semana de abril, Argentina
llegó a los 925 puntos básicos y sigue en alza.
Conclusión: no nos va a prestar nadie. El
Mercado ya no confía en Milei y mucho menos después de esta semanita
‘horribilis’.
¿Trump seguirá humillándolo? Sí, y después le
sonreirá, le tocará la cabecita y le tirará algo para que no caiga. Hasta ahí
nomás.
* “SI QUIEREN LA PLATA DEL FONDO, DESHAGANSE DE
ESE CRÉDITO CHINO QUE TIENEN EN EL BANCO CENTRAL”
El cargo oficial de Maurice Claver Carone es
‘Enviado Especial del Departamento de Estado para América Latina’ pero su
trabajo es ser un buen chirolita de Trump.
Lo que dijo en la semana fue como si explotara
una granada frente al dúo Milei-Caputo: “Apoyamos al presidente Milei, deseamos
que tenga éxito en su negociación, pero queremos asegurarnos que ningún acuerdo
al que se llegue con el FMI prolongue esa línea de crédito o swap que tienen
con China”.
Traducido: nuestro enemigo es China, desháganse
de esa porquería amarilla.
Pequeño problema: es imposible hacerlo.
El swap es de 17.906 millones de dólares, o sea
el 72% de las reservas brutas del Banco Central. Quitarlos, dejaría al Banco
Central al borde del default.
* EL FMI DUDA, ESTIRA, NO QUIERE SABER NADA.
El directorio del Fondo Monetario se reunió de
manera ‘informal’ en Washington para tratar “qué parte del programa con
Argentina de 20 mil millones de dólares se desembolsaría inmediatamente”.
No hubo ninguna definición.
¿Por qué? El buró duda de la estabilidad
económica y política del gobierno argentino, sobre todo después de la paliza
recibida en el Senado que rechazó a los dos jueces propuestos por Milei.
Pide cada vez más cosas para entregar el
dinero. Muchas más, y de manera directa.
* LE QUIEREN ARMAR EL GABINETE.
No solo exigen abrir el corralito y devaluar,
lo que aniquilaría el único ‘logro’ del gobierno: ‘estabilidad’ con una
inflación baja para nosotros –pero que sería un problema en cualquier país
normal–, y el dólar planchado, una producción de ficción al mejor estilo
Hollywood que costó una fortuna y ahora es sostenida con los encajes de los bancos
(la plata depositada de los clientes) y el fondo sustentable de Anses.
Claver-Carone, el hombre de Trump para
Latinoamérica, quiere cargarse sí o sí al Jefe de Gabinete Guillermo Francos, a
quién detesta desde el carpetazo que lo eyectó de la presidencia del BID en
2022, y que él cree fue organizado por Francos y Gustavo Beliz, que quería su
puesto.
El buró del Fondo no quiere saber nada con
Caputo, el hombre que hizo un desastre en 2018 fugando todo el programa
otorgado para beneficiar a sus amigos, y encima dejó sin trabajo a la mayoría
de los responsables de haber autorizado ese préstamo demencial, fuera de toda
norma interna. Lo quieren afuera.
El canciller Gerardo Werthein, que quedó
colgado de un pincel luego del desastroso viaje de la plana mayor del gobierno
solo para ganar un premio de cuarta en Miami y no ver ni de lejos a Trump, es
señalado por los ultramontanos trumpistas y los republicanos puros por su
histórica cercanía al Partido Demócrata. Tampoco lo quieren.
Una semana propia de estos virtuosos del error.
Si finalmente Milei recibe el préstamo y suceden
todas estas cosas, Argentina se convertirá en una suerte de Estado Libre
Asociado de los Estados Unidos, sin las ventajas que tienen los ciudadanos de
Puerto Rico, por ejemplo.
Milei será un gerente, un cadete de Trump, en
el mejor de los casos un Virrey sin tesoro, encantado que se lleven todas las
materias primas del país, y que la importación masiva le destruya la producción
industrial que aún sobrevive. Un desastre.
Ya lo escribí y voy a repetirlo: el mundo hace
otra cosa y Milei no se entera. Los países no se suicidan, no abren sus
fronteras en un mundo que se cierra para aguantar la crisis.
Los presidentes de esos países serios tienen
una responsabilidad histórica: hacer frente a esta crisis económica severa
reduciendo el daño lo más que puedan.
No es el caso de Javier Milei, un payaso
patético que7 da vergüenza, un hombre incapacitado para el cargo, para las
relaciones políticas, humanas. Para casi todo.
Un pobre tipo, si no fuese porque sus torpezas
constantes pueden llevar a este país a una catástrofe de dimensiones que nadie
se atreve a imaginar.